Emoción en venta

Constantemente estamos leyendo en las redes, viendo en eventos, asesorías a empresas o a emprendedores conceptos como ‘haz que tu producto emocione’, ‘branding emocional’ y similares pero, ¿cómo estamos percibiendo y tratando la emoción?.

Recurrentemente tengo la duda de si estamos refiriéndonos a la emoción como un concepto material, o como algo que a todos nos es comúnmente positivo, atractivo, fácil de interpretar y por ende nos engancha, sin entrar en mucho detalle de parte de aquel que ofrece lo emocional.

La emoción es un recurso absolutamente válido y del cual podemos echar mano para muchos de nuestros mensajes tanto que mientras hagamos de su uso algo más consciente mejor para el producto, el servicio que ofrecemos y sobretodo para el cliente. Para mi el uso del recurso sobrepasa a un slogan de marca, a un uso por defecto, o efecto, de la palabra emoción o de las palabras que emocionan. Lo que reflexiono es cuánto podemos llegar a banalizar las emociones si las tratamos de modo superficial.

No critico que los conceptos que menciono al principio no sean válidos, seguramente muchos de quienes los usan entienden que se trata de algo más profundo de lo que parece a simple vista, el asunto es la expectativa que se crea ante alguien que tiene las emociones como algo etiquetado y alguien que las usa como comodines para vender su producto, que se trate de una manipulación, una forma robotizada quizás de captar al cliente sin ir más allá en lo personal y en la propia relación que se pretende establecer, sin conectar con lo humano que hay detrás.

Conocer las emociones más allá de catalogarlas, segmentarlas o meterlas a todas en un saco es algo que lleva tiempo y a su vez se relaciona con el conocimiento que cada uno tenga sobre sí mismo, lo cual es difícil estipular y medir.

Emoción en venta
Foto y diseño de Maritza Tortolero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *